El 31 de marzo de 1848 los ruidos en la granja de la familia Fox se volvieron ensordecedores. Las hijas pequeñas decidieron contestar con golpes a aquellos crujidos que les atemorizaban, hasta que poco a poco la siniestra sinfonía se fue convirtiendo en un diálogo. Aquella noche, en Hydesville, Nueva York, las hermanas Fox se convirtieron en las madres del espiritismo. Entre ritmos gospel y folk, Teoría de la niña fea recrea la América efervescente de mediados del siglo XIX, donde un nuevo liberalismo convivió con la pasión religiosa de las sectas perseguidas en Europa, que veían en aquel territorio la posibilidad de una incipiente utopía.