«El amor no llora jamás como llora la sangre». En esta certidumbre se basa la novela de Hubert Haddad, un relato trágico, realista y contundente a la vez. En el corazón de un Afganistán desgarrado, un muchacho de 12 años, Alam, es descubierto inconsciente tras una ráfaga de disparos. Comienza un descenso obsesivo a los infiernos. Alam lo ha perdido todo durante la guerra, hasta el nombre de pila que ha tomado prestado de su hermano, e inicia una huida hacia un mundo que le roba poco a poco la infancia. Sintiéndose acorralado como un animal, sin familia y sin lugar en ninguna parte, llega a los suburbios de una gran metrópoli europea, junto a los drogadictos y los locos. De esta forma, debido a un contacto demasiado precoz con la guerra y con adultos sin escrúpulos, Alam pierde su inocencia y se convierte así en un arma terrible.
Se trata de una novela que sacude al lector, apoyada en una escritura a la vez poética y violenta, en la precisión de las atrocidades cometidas. Hubert Haddad no ahorra ningún detalle y presenta un catálogo de todos los horrores engendrados por el fanatismo. Magnífica y aterradora, Opium Poppy nos hace reflexionar sobre la suerte de los niños en la guerra; sobre la acogida o, más bien, la falta de acogida que les reserva Europa; sobre nuestro mundo cruel e injusto. Una novela que golpea en el lugar adecuado.