A miles de kilómetros del lugar donde te encuentras, en un país, en una ciudad, en un librería, un librero ocupa sus días en leer y releer todos sus libros. De vez en cuando algún cliente lo abstrae de su tarea y le pide algún libro extraño, «donde todo suceda en un bosque», por ejemplo, «no aparezca ningún aparato electrónico» o «se repita continuamente la palabra “indulgencia”».
La librería abre ininterrumpidamente los siete días de la semana y se permite la entrada a todo el mundo, incluso a las parejas de enamorados y a los grupos de más de dos personas, aunque son especialmente bienvenidos los fumadores y los solitarios.
El principal lema de su excéntrico regente es «no vender basura». ¿Y quién es él, para decidir qué es y qué no es basura?, le preguntan algunos clientes. Pues, precisamente, es el librero y con eso le basta. Y el único método eficaz que conoce para asegurarse de «no vender basura» es leerse todos los libros de sus atestadas estanterías.
Texto: Régis de Sá Moreira
Traducción: Sofía Rhei
Ilustración de cubierta: François Matton